La semana pasada tuve a domicilio una sesión de bebés en Allariz, Ourense.
No está el tiempo como para hacerla en exteriores, y sobretodo con una bebé...
En este caso, sesión de primer cumpleaños o 'Smash the cake', que en realidad es una americanada, pero que te ríes mucho porque consiste en que el bebé se zampa con las manos, o con los pies, su pastel de cumpleaños mientras a los espectadores (fotógrafa en este caso y padres), se les cae la baba y se lo pasan tan bien o más que el/la bebé.
Cogí todo mi equipo y fui a su casa, la cual ya había visitado y conocía. Tenían un ventanal maravilloso, hasta con cortinas blancas tupidas, que nos vino estupendamente. Además, no andábamos muy sobrados de tiempo porque la peque dormía la siesta a las 12, y eran las 10, así que aprovechamos su salón y las posibilidades que ofrecía. Me gusta hacer esto porque los bebés se sienten muy a gusto en un entorno conocido, están más tranquilos y felices y eso se refleja después en las fotos.
La tarta, a la cual me invitaron a probar después de la sesión (lo que se había salvado de ser pisado por esos lindos pies) estaba espectacular. Hacía tiempo que tenía localizado el sitio, (As tartas de Tareixa), y me encantó. La tarta era de nata y fresas, SIN AZÚCAR, ni para montar la nata, que llevaba algo de queso cremoso para darle consistencia. El bizcocho era de naranja y con una capa en medio de mermelada de fresa. La sinstrucciones que se le dieron a la artista repostera fueron: "Sin azúcar, pero que sea comestible". Y tanto que se pudo comer... No duró ni 24 horas.
Al final, a nuestra protagonista le llamó mucho la atención, pero no le convencía demasiado eso de tocar la nata. Ella prefería disfrutar de la novedad y bailar alegremente alrededor de ella como si de un ritual se tratase. Así que fuimos los mayores y la hermana mayor los que la disfrutamos después... en la cocina. Pero su función la cumplió con creces, queda evidente en las fotos que se lo pasó pipa.
Nos hizo pasar un rato divertidísimo, y me habría pasado toda la mañana haciéndole fotos de no haber sido porque tenía que dormir. Y es que la edad entre el año y los dos años, cuando empiezan a caminar, a hablar... ¡Es tan linda! Te los comerías todo el rato, igual que a la tarta.
Gracias a la familia por un rato tan divertido y agradable. ¡Y rico, ñam!
Estas son algunas de las fotos de la sesión.